<p style="text-align:justify">Una sorprendente historia de supervivencia en el Amazonas. Mar&iacute;a Oliva P&eacute;rez Arenas, una mujer de 40 a&ntilde;os, estuvo perdida durante 37 d&iacute;as en la selva con sus tres hijos de diez, doce y catorce a&ntilde;os. Sin alimentos, desorientados y asustados, la familia sobrevivi&oacute; a los peligros de la selva: animales salvajes y enfermedades. Aunque se enfrentaron a una muerte segura, nunca perdieron la fe. <p style="text-align:justify">Seg&uacute;n los informes, la madre colombiana de 40 a&ntilde;os y sus tres hijos desaparecieron el 19 de diciembre despu&eacute;s de perderse mientras exploraban la selva durante unas vacaciones en Colombia, donde estaban visitando al padre de los ni&ntilde;os. Caminaron a lo largo del r&iacute;o Putumayo, que atraviesa Colombia, Per&uacute; y Ecuador, y cruzaron a Per&uacute; sin saberlo. <p style="text-align:justify">&ldquo;Nos acompa&ntilde;&oacute; un hombre que conoc&iacute;a bien la ruta. Cuando llegamos estuvimos conversando, planeando las celebraciones de fin de a&ntilde;o y como a las cinco de la tarde nos devolvimos, sin gu&iacute;a, caminamos m&aacute;s o menos una hora y nos dimos cuenta de que nos hab&iacute;amos perdido. Nos hab&iacute;amos perdido en el Amazonas&rdquo;, cont&oacute; Mar&iacute;a Oliva P&eacute;rez Arenas para el portal &ldquo;Semana&rdquo;. <p style="text-align:justify"> <p style="text-align:justify">Cuando se dieron cuenta que estaban perdidos, gritaron un buen rato, pero nadie los escuchaba. Entonces se resignaron y se quedaron muy tranquilos esa noche. La primera noche en el Amazonas, durmieron en el piso, nada los cubr&iacute;a, solo la madre se mantuvo despierta. <p style="text-align:justify">&ldquo;La noche fue largu&iacute;sima. Esper&eacute; mucho a que amaneciera, pero no amanec&iacute;a. Cuando uno est&aacute; despierto, las horas no pasan&rdquo;, relat&oacute; la madre de 40 a&ntilde;os. <p style="text-align:justify">Durante el tiempo que Mar&iacute;a Oliva estuvo perdida con sus hijos en la selva, se call&oacute; todos sus miedos. No llor&oacute;, aunque en las noches, cuando los ni&ntilde;os dorm&iacute;an, ella quer&iacute;a lamentar su desventura, la torpeza de haber querido regresar por un camino selv&aacute;tico que no conoc&iacute;a, pero no lograba aflojar las l&aacute;grimas. Y aunque ten&iacute;a mucho miedo, siempre mantuvo la esperanza de regresar sana y salva a casa. FAMILIA FUE RESCATADA POR TRIBU PERUANA <p style="text-align:justify">Aunque pasaban los d&iacute;as y todo parec&iacute;a perdido, lograron salvarse. La semana pasada, miembros del grupo ind&iacute;gena Secoya encontraron a la familia y los auxiliaron. La tribu peruana llam&oacute; a las autoridades locales, estas en coordinaci&oacute;n con la armada colombiana fueron al rescate de la familia. <p style="text-align:justify">&ldquo;Llegamos a ese pueblito ind&iacute;gena y nos dieron comida, tinto, galletas, pero nosotros nada m&aacute;s de ver la comida nos daba mareo. Nos hicieron curaciones en las heridas, ba&ntilde;aron a los ni&ntilde;os, les lavaron los dientes,les pusieron ropa limpia. Despu&eacute;s nos dieron una comida especial, un caldo muy bueno, pero muy suave, porque no pod&iacute;amos comer nada&rdquo;, cont&oacute; Mar&iacute;a P&eacute;rez Arenas. <p style="text-align:justify">&ldquo;Ya un poco m&aacute;s recuperada me comuniqu&eacute; con mi hermana que estaba en Puerto Legu&iacute;zamo. La Armada Nacional vino por nosotros, era un viaje de siete horas por el r&iacute;o, est&aacute;bamos lej&iacute;simos, hab&iacute;amos caminado mucho. Le digo: yo pesaba sesenta kilos y termin&eacute; pesando cuareta y seis, casi me desaparezco&rdquo;, agreg&oacute;. Despu&eacute;s de casi cinco semanas en la jungla, la madre y sus hijos presentaron signos de deshidrataci&oacute;n, desnutrici&oacute;n e infecci&oacute;n de la piel, y est&aacute;n siendo tratados en un hospital local, donde est&aacute;n siendo examinados para detectar enfermedades transmitidas por mosquitos como la fiebre amarilla y la malaria. La red colombiana Caracol inform&oacute; que la madre record&oacute; su odisea en el Amazonas: &ldquo;Si no tuvi&eacute;ramos agua cada 30 minutos, nos desmayar&iacute;amos. Ten&iacute;amos que parar todo el tiempo y las chicas no pod&iacute;an caminar m&aacute;s&rdquo;, detall&oacute;. El general Sergio Alfredo Serrano de la armada colombiana dijo que la madre y sus hijos estaban cubiertos de picaduras y picaduras y ten&iacute;an cortes en los pies. Ellos sobrevivieron comiendo semillas, plantas, bayas silvestres y frutas, cerca del pueblo de Yubito. Por varios d&iacute;as, m&aacute;s de trescientos campesinos estuvieron buscando a Mar&iacute;a Oliva y a sus hijos, pero ella nunca escuch&oacute; a los perros cazadores ni las escopetas ni los gritos de los hombres m&aacute;s fuertes del monte del Putumayo. Su esposo Alexander quiso suicidarse al conocer que su familia estaba perdida. Cuando se enter&oacute; que su esposa e hijos estaban a salvo no pod&iacute;a con la emoci&oacute;n. El emotivo reencuentro con su esposa fue entre l&aacute;grimas y abrazos.